Preceptos y Costumbres de Purim


Preceptos y Costumbres de Purim
 

Por: Rabino Rigoberto Manny Viñas.   

 

  

La festividad de Purim se celebra el 14 del mes de Adar y en el año "Shaná me'ubéret" o embolismal,  el 14 de Adar II.  La historia nos relata que Esther, cuyo nombre judío era Hadasa, se convirtió en la esposa del rey Ajashverosh y ella salvó a nuestro pueblo de las manos del malvado Hamán, con la ayuda de su tío Mordechai. Hay ciertos Mitzvot, que cumplimos durante la fiesta de Purim.   

 

Lectura de la Meguilat Esther: Hay que escucharla dos veces; una en la  noche y la otra en el día de la festividad. Esto es persume nisa, es decir, las fiestas rabínicas requieren publicitar, transmitir y anunciar al público, el gran milagro que ocurrió en ellas.   

 

Matanot La’evionim: Durante el día de Purim se da mucha Tzedaká. Las comunidades judías acostumbran recaudar dinero y se reparte entre los pobres que vienen a la Sinagoga. Cada vez que un menesteroso, pida dinero durante la fiesta de Purim, hay que darle algo e incluso, hasta ellos tienen que dar. Con esto aprendemos la gran lección de la compasión, ya que así como nosotros necesitamos a Dios y Él nos ayuda, también debemos dar a los demás, sin juzgar a quien requiere de nuestro favor.   

 

Mishloaj Manot: Enviamos canastas de regalos a nuestros amigos, por lo menos que sean dos cestas, que contengan dos tipos de comidas preparadas. A estos obsequios, muchos le adicionan pasteles, frutas y vinos. Se hace con el objeto de estrechar aún más, los lazos de amistad.  

 

Seudat Purim: Es una comida festiva, que permite a la familia sentarse alrededor de su mesa, durante las horas del día de la festividad.   

 

Como parte de la tradición, algunas comunidades acostumbran emborracharse. El Talmud Meguilá 7b, dice que una persona está obligada a embriagarse en Purim, hasta no poder distinguir entre “Harur Hamán, maldito es Hamán y Baruj Mordechai, bendito es Mordechai”. Algunos sostienen que esta costumbre de embriagarse, hasta no distinguir entre el uno y el otro, deviene del momento en que Zeresh confundió a su esposo con el tío de la reina Esther y le arrojó la basura. También se aduce, que la costumbre de beber, es debido a que la estrategia de la reina para salvar al pueblo judío, involucraba una fiesta para embriagar al rey Ajashverosh y a Hamán. 

 

La costumbre Sefardita es no embriagarse, sino tomar vino junto con la cena y festejar, pero no hasta exagerar, como algunas comunidades promueven. Esto es debido a los peligros de estar fuera de control, si se bebe en exceso.  

 

Durante la lectura de la Meguilat, en las comunidades ashkenazi y algunas mizrahies, se acostumbra que cuando se menciona el nombre de Hamán, se hace mucha bulla. Por lo general, se usa un rashan (matraca), que se supone tapa el nombre de Hamán. También es tradición entre las comunidades sefaraditas, hacer como una especie de silbido de serpiente, cuando escuchan el nombre de Zeresh, la esposa de Hamán, porque ella era tan mala como su consorte y deseaba fervientemente la destrucción de nuestro pueblo. Inicialmente las comunidades no acostumbraban hacer ningún tipo de algarabía, pero poco a poco se fue generando la tradición de hacerlo. El origen del alboroto, al momento de escuchar el nombre de Hamán, empezó en Italia y Francia en el  siglo XV, en ese entonces, tomaban dos piedras y les escribían el nombre de Hamán y las friccionaban entre sí, cada vez que escuchaban el nombre del Agaguita, hasta que de tanto roce, éste se borraba de las piedras, cumpliendo simbólicamente con lo estipulado en la Torá, sobre destruir la memoria de amalek.  

 

Las comunidades Sefarditas Españolas y portuguesas, no acostumbramos interrumpir la lectura de la Meguilat con bullas y no es considerado una buena práctica, ya que dentro de la esnoga se debe actuar con mucho respeto y en ocasiones, estas algarabías son causa de malos comportamientos.  

  

La costumbre de usar disfraces, se debe a que la reina Esther escondió su identidad judía. Recordemos que su nombre era Hadasa y usó uno persa y se disfrazó de una mujer gentil. Quiero mencionar, que entre las comunidades de los Anusim, los nombres más usados son José y Esther, porque estas dos historias son similares, ya que sus protagonistas ocultaron su identidad yehudí. Yosef lo hizo en la casa del faraón, revelando su origen en el momento propicio para salvar a nuestro pueblo  y lo mismo hizo la reina Esther.   

 

Purim también se caracteriza por unos alimentos típicos de la festividad, como son los Hamantash o bolsillos de Hamán. Es una galleta de tres puntas, rellenas de frutas o nueces. Los sefarditas la llaman Oznei Hamán, las orejas de Hamán y se comen para representar el triunfo sobre nuestro enemigo. La costumbre original, era  llenar las galletas de nueces, porque hay un Midrash que nos explica, que como no había comida kasher en el palacio de Ajashverosh,  la reina Esther sólo comía este producto alimenticio.  

 

Los sefarditas tenemos otra comida, que se llama fasuelos o fijuelas. Son un tipo de masa fina, que se frita y se moja en almíbar. Esta preparación representa las piernas o los pies de Hamán, después de ser ahorcado y nosotros comemos esto, porque lo vencimos.  

 

El Shabat antes de purim, se llama shabat Zajor y se lee en la Sinagoga la porción del primer libro de Samuel,  que tiene que ver con destruir y nunca olvidar la memoria de amalek. Entre los sefarditas se llama shabat mi kamoja, porque uno de los grandes rabinos, Rab Yehuda Ha Levi, escribió un piut, poema litúrgico, que tiene que ver con Purim y Amelek. Shabat Zajor, es llamado el shabat de recordar, porque el versículo dice Zajor, recuerda lo que Amelek hizo. Quiero citar que muchas comunidades sefaraditas, escribieron cantos ladinos, entre los que se destacan una de mis favoritas: Coplas de Purim.     

 

En el shabat Zajor, se lee del libro de Devarim (Deuteronomio) el capítulo 25: 17-19 que mencionan la mitzvá de recordar lo que amelek hizo contra nosotros y borrar su memoria de la historia.  También leemos la Haftará,  es el primer libro de Samuel,  capítulo 15: 1:34.   

 

Cuando yo estaba estudiando para ser sofer,  el primer libro que todos los sofrim escribimos es la Meguilat Esther, porque no tiene el Nombre Divino y la razón que los rabinos dan, es que este libro tiene Hester Panim, “Escondió la cara de Dios”. El Creador hizo los milagros, pero no se revela,  sino que realiza el portento a través de Mordejai y Esther, la política, la astucia de  una mujer bella, que invita al rey, lo emborracha y crea las circunstancias propicias para salvar al pueblo Judío. Esther se escondió y Dios también lo hizo, pero Él está haciendo los milagros a través de la vida humana.  Lo que yo quiero expresar, es que constantemente el Creador, está creando portentos para nosotros, pero no sabemos que Él los está haciendo. No podemos olvidar que el Rey del Universo, se manifiesta por medio del doctor, el jefe, el esposo (a), amigo, vecino, familiar u otra situación. Que no necesariamente esos milagros ocurren como si fueran un show de Hollywood, sino que llegan de una forma callada y sencilla, para que cuando se revelen, todos vean las maravillas que Dios hizo.   

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