Divrei Emmanuel en Honor a la Parashá Itró
Parashat Itró
La cronología de la Torá y sus Lecciones
"Itró el ministro de Madián, suegro de
Moisés, oyó todo lo que Dios hizo a Moisés y a Israel, su pueblo." (Ex.
18: 1)
¿Cuáles fueron exactamente los milagros que
Itró escuchó? ¿Había oído hablar de la salida de Egipto y del cruce del Mar
Rojo? Según la mayoría de los comentarios de la Torá, también se enteró de la
entrega de la Torá en el Monte Sinaí. ¡Pero aquí la Torá coloca su llegada
antes de la entrega de la Torá! ¡Si esto es cierto, la narración de la Torá
está fuera de orden cronológico! Esto ilustra un principio - de acuerdo con
estos comentarios - que las historias de la Torá no necesariamente se colocan
en orden cronológico. De hecho, su orden es una lección en sí misma, ya que las
partes que están fuera de orden cronológico se colocan estratégicamente para
enseñarnos lecciones espirituales más profundas y teológicas.
¿Qué lección podemos aprender si optamos
por creer que Itró fue a visitar a Moisés después de la entrega de la
Torá y no antes, como aparece aquí en nuestro texto?
En primer lugar, esta parashá es una de las
secciones más importantes de nuestra Sagrada Torá porque se relaciona a la
entrega de los Diez Mandamientos. Pensaríamos que la Parashá debería haber sido
llamado "Los Diez Mandamientos", en lugar de "Itró", que
era, después de todo, un extranjero que se unió a nuestro país después de haber
sido sacerdote de Madián, un idólatra – que conoció y practicó todas las
religiones.
El nombre de una Parashá por lo general se
refiere a la primera sección de la lectura, que contiene su lección más
importante. Pues como Itró aparece en el principio, su nombre se utiliza para
la Parashá. Esto nos enseña que en lugar de concentrarse en la ley (los Diez
Mandamientos), la Torá prefiere enfocarse en los seres humanos (Itró),
independientemente de su lugar de origen o religión anterior. La Torá coloca a
los seres humanos, y específicamente modelos a seguir, antes de las leyes
teóricas. Itró es un gran maestro de la Torá. Como un buen modelo a seguir
ejemplifica la Torá, el ejemplo de Itró, precede a la ley real que se aprende
del estudio de la Torá. Sin embargo, una mayor lección se
puede aprender de la colocación de la historia, ya que se aplica, aún hoy en día, a nuestra relación con los
conversos.
Aunque Itró se unió a nosotros, después de
la entrega de la Torá, su historia se presenta antes de ese evento. Como ya
sabemos que se unió a nosotros después de la entrega de la Torá y podríamos
creer que él "obviamente" no estaba presente en el Monte
Sinaí y como el judaísmo está tan apegado a la tradición y la herencia
ancestral esto sería un problema que potencialmente nunca podría ser superado
si la Torá se basara en la forma normal del mundo (representado por la
cronología). Pero la Torá es diferente. Es atemporal. Está más allá de la
cronología. Al colocar la historia de Itró antes de la entrega de la Torá en el
Monte Sinaí, a pesar de que ocurrió después, Dios nos está diciendo que la
aceptación de la Torá por Itró lo coloca en la posición espiritual de haber
recibido la Torá junto y al mismo tiempo que el resto de Israel.
Un converso que se une a Israel es
tan judío como si hubiera nacido judío. Un converso que se une, incluso hoy en
día, mucho más lejos a lo largo de la historia judía, trasciende el tiempo y el
espacio y se convierte en un judío que es igual a cualquier otro judío nacido
de padres judíos. Un converso que dice "mi Dios y Dios de mis padres" hace lo correcto, porque él es, obviamente, un descendiente de nuestros
padres y madres a través de una espiritualidad que supera las limitaciones del
tiempo y espacio. Es por eso que un converso se llama hijo o hija de Abraham o
Sarah.
Por el Rabino Rigoberto Emmanuel Viñas