Divrei Emmanuel Parashat Vaiejí
Síntesis
Parashat Vaiejí: Yaakov siente que se acerca al final
de sus días y manda a llamar a Yosef. Le ruega que le prometa que va a enterrarlo en la cueva
de Majpelá donde están enterrados Adám y Eva, Avrahám y Sará, Yitzjak y Rivka.
Yaacov llama a sus hijos para bendecirles, sus bendiciones reflejan el carácter
único de cada una de las tribus y su misión individual en el servivio a Dios.
Así acaba el sefer Bereshit, el primer libro de la Torá.
Aviso: La negatividad podría causar ceguera
Cuando Israel vio a los hijos de José, dijo: ¿Quiénes son
estos? (Gen. 48:8)
Rashi explica que cuando Yaakob fue a darle la bendición a los hijos de Yosef (José) la shejina se apartó de él por qué él vio a través de Ruaj Hakodesh (el espíritu sagrado), que reyes malos vendrían de ellos. Específicamente el vio proféticamente la ascensión de Yorovam ben Navat y de Ajav que vendrían de Efraím y también a Yehú y sus hijos que saldrían de la línea de Menashe. Ésta percepción le causó shock a Yaakob y perdió la habilidad de bendecirlos y hasta tuvo que preguntar quiénes eran porque no los podía ver. Se le nubló la vista. En ese momento José le aseguró a su padre que aunque en el futuro algo malo iba salir de ellos, en el momento ellos eran dignos de ser bendecidos.
Rashi explica que cuando Yaakob fue a darle la bendición a los hijos de Yosef (José) la shejina se apartó de él por qué él vio a través de Ruaj Hakodesh (el espíritu sagrado), que reyes malos vendrían de ellos. Específicamente el vio proféticamente la ascensión de Yorovam ben Navat y de Ajav que vendrían de Efraím y también a Yehú y sus hijos que saldrían de la línea de Menashe. Ésta percepción le causó shock a Yaakob y perdió la habilidad de bendecirlos y hasta tuvo que preguntar quiénes eran porque no los podía ver. Se le nubló la vista. En ese momento José le aseguró a su padre que aunque en el futuro algo malo iba salir de ellos, en el momento ellos eran dignos de ser bendecidos.
No todos los descendientes de Efraím y de Menashe serían malos en el futuro. Ya sabemos que Yehoshua y Gedeón también fueron descendientes de los hijos de José. Esto causa una pregunta inmediata: ¿Por qué Yaakob no vio estos descendientes y vio solamente los descendientes que serían malos? ¿Por qué se concentró en la energía negativa y no en la positiva?
En mi opinión, la respuesta es fácil de reconocer – esto es producto de la naturaleza (debilidad) humana. En muchos casos no importa lo bueno que esté la vida y las muchas bendiciones que nos rodean lo que nos llama la atención es la energía negativa (los problemas) y nos distrae de ver lo positivo. Muchas veces una idea negativa o una preocupación negativa de algo que podría ocurrir en el futuro nos distraen e interrumpe el disfrute del presente y sus bendiciones. Otra manifestación, de esta concentración en lo negativo, puede reflejarse en nuestra percepción de la vida en general. Algunas personas, acostumbran a concentrarse en lo negativo en lugar de fijar su atención a lo positivo. Aunque estén rodeados por positividad y eventos lindos en su vida lo que les llama la atención son los momentos negativos y el peligro del futuro. Esto es dañino y causa que no podamos valorar realísticamente lo que verdaderamente nos rodea.
En algunos casos la cultura de la familia y de las organizaciones se acostumbra ponerles atención solamente a los que se quejan y a los que fallan. Esta atención a la negatividad les hace gran daño a los individuos y a esa comunidad. En el negocio por ejemplo, los que se concentran solamente en lo que falla no pueden asesorar lo que funcionó. Gastan sus recursos atendiendo lo que falló en lugar de usarlo para desarrollar o apoyar lo que funcionó. Para entender realísticamente el estado de un negocio todas las funciones se deberían de ver y no solamente lo negativo. Los peores jefes son los que solamente critican y nunca reconocen el bien que ese empleado hizo por la compañía. El peor padre es el que solamente castiga y siempre dice "no" en lugar del que reconoce y recompensa los logros de sus hijos. El que crea el futuro es el que reconoce el potencial para lo positivo, no el que se dedica solamente a penar o a avisar de los peligros del futuro.
Para reconocer las bendiciones que nos rodean todos los días deberíamos de abrir nuestros ojos y buscar lo positivo. La shejina (presencia divina) solamente se encuentra en personas que reconocen lo positivo y basan sus acciones en eso. La bendición a los hijos de José se tenía que basar en la vista positiva y no en la negativa. Dios, el Todo Poderoso, sabe que los seres humanos podrían fallar en el futuro y sabe cuándo vamos a fallar, pero pone toda su esperanza en nosotros y se concentra en lo positivo y el potencial para lo positivo. Mientras nosotros hagamos lo mismo, siempre seremos bendecidos. Por esa razón la bendición tradicional de padres a hijos durante Shabbat es "que seas como Menashe Y Efraín."
Por
el Rabino Rigoberto Emmanuel Viñas
Rashi explains
that when Jacob turned to bless Joseph’s sons the Shechina left him because he
saw through Ruach Hakodesh (the divine spirit), that wicked kings would one day
descend from them. Yeravam and Achav would descend from Ephraim, and Yehu and
his sons would descend from Menashe. This perception shocked Jacob to the point
where he felt he was unable to bless these two children and asked Joseph who
they were. At that point Joseph assured his father that while his sons would
have descendants that were evil they themselves were worthy of a blessing.
This raises an
immediate question! Not all of the descendants of Joseph’s children would be
evil. In fact Joshua and Gideon are also descended from the sons of Joseph. Why
didn’t Jacob see these descendants? What made him only notice the negative
energy?
In my opinion
the answer is - human nature. No matter how good things are, what gets our
attention seems to be the negative energy which draws us away from seeing the
positive. All too often one negative view or thought lingering in the future
obscures our vision of the present and does not allow us to move forward.
Another manifestation of this trend towards negativity can be found in our
perception of life in general. We could be surrounded with positive occasions
and situations but what seems to get most of our attention is the one negative
event which blocks us from making a realistic assessment of what is surrounding
us.
The best example
of I can think of is one that surrounds us right this moment. Most of us see
tremendous progress in the development of our shul. Membership is up.
Attendance is up. The spirit is up! The sounds of children fill our halls
again. Our sisterhood is active and creating wonderful programs and
events. Our new members are contributing
to our shul community by serving on the Board of Directors and working with our
sisterhood. And we are active with events, celebrations, joyous music and good
things all around but one minor setback, and the synagogue becomes abuzz
with negativity. One minor complaint seems to throw us off balance. If we look
at the majority of our community, most of us are happier than we were three
years ago at the synagogue. But as soon as one person complains – we turn
ourselves inside out to pay attention and accommodate. Ok maybe that’s not so
bad. Maybe we should try harder to make everyone happy at all times
(impossible). But the worst part of our focus on negativity is that we lose
track of all the good that surrounds us. We forget how far we’ve come. We
forgot what we looked like just a short while ago. We run the risk of losing
track of our accomplishments if we get sidetracked by negativity. We cease to
live in the real world becoming prisoners of a false reality where things
aren’t going so well or not moving fast enough. The fact is that things have
progressed incredibly fast but we have not noticed it because we continue to become
prisoners of complainers and their paranoid delusional and negative visions of
our future.