Divrei Emmanuel Parashat Ki Tavo

Síntesis Parashat Ki Tavo: Cuando los Hijos de Israel moran en la Tierra de Israel, sus primeros frutos son llevados al Templo y donados al Cohen en una ceremonia que expresa el reconocimiento de que Dios guía la historia del Pueblo Judío a través de los tiempos. En este pasaje forma la parte central de la Hagadá que leemos en el Seder de Pesaj. con esta mitzvá, Moshé concluye con los mandamientos que Dios le dijo que enseñe al Pueblo Judío



“…He escuchado la voz del Hashem mi Dios; he hecho conforme a todo lo que me has mandado.” (Deut. 26:14)
Cuando se hace una Mitzvá se está ejecutando o participando en un acto mandado por la Torá. En muchas ocasiones los mitzvot son descritos como “buenas acciones o actos de bondades,” pero en realidad son mejores descritos como cualquier acción mandada por la Torá. Todos los mandamientos de la Torá son “buenas acciones” o “acciones de bondades” porque provienen de la fuente del bien y de bondades (Hashem), pero la razón correcta por guardar o seguir los mitzvot es de completar los mandatos de Hashem.

Desafortunadamente existen algunas personas que guardan los mitzvot por motivaciones ulteriores. Algunos guardan los mitzvot porque ellos los consideran el sistema más inteligente o razonable. Otros por guardar la tradición hebrea. Viven de acuerdo a los mitzvot porque así lo hicieron sus padres y antepasados, no por motivaciones religiosas sino por mantener la costumbre o cultura de su familia. Otros, guardan los mitzvot por presión social. Como ya son parte de un círculo de familias o una sociedad que vive así siguen guardando los mitzvot, para ser parte de ese círculo y nunca consideran el valor religioso por hacerlo. Luego hay los que pueden decir las palabras de este Pasuk de todo corazón, “hice los mitzvot porque me mandaste hacerlos.”

Esa es la situación óptima. Hacemos los mitzvot porque Dios nos mandó hacerlos. Si hacemos los mitzvot solamente porque los encontramos agradables o de acuerdo a nuestra lógica no somos sirvientes de Hashem somos sirvientes de nosotros mismos y de nuestros egos. Si hacemos los ritos (mitzvot) porque nuestros padres lo hicieron así estamos practicando ritos que nos conectan al pasado pero no necesariamente influyen hacia nuestro presente. Muchos judíos guardan el judaísmo motivados por este sentido de tradición a sus antepasados tanto que viven vidas añorando las generaciones y forma de vida del pasado y no han podido ajustar el judaísmo al presente. Algunos que critican el movimiento ortodoxo encuentran que muchos viven en el siglo pasado y no ofrecen ideas que influyan sobre el presente y sobre los desafíos del presente. Su concentración es tan fija a los antepasados que se parecen a los practicantes de la religión Shinto del Japón que adoran sus antepasados, pero la Torá no demanda adoración a Hashem al seguir sus mandamientos en cada generación. Los individuos que guardan los mitzvot por presión de la sociedad que los rodea se convierten en esclavos de las opiniones de los demás. Este tipo de judío ajusta su práctica religiosa a la costumbre de los demás aunque encuentre que el mismo cree otra opinión sigue el camino de los demás. Al vivir de esta manera ese individuo es esclavo de todos los que lo rodean.

Algunas sectas jasídicas han popularizado,recientemente, la idea errónea que se hagan los mitzvot para traer el Mashiaj. Esto también esta mal. Mientras es verdad que hacer los mitzvot transforma al mundo en un lugar más espiritual y receptivo para la últimas redención, deberíamos hacer los mitzvot solamente como sirvientes sin esperar cualquier tipo de recompensa, como lo expresó Antigonos Ish Sojo en el Pirkei Avot 1:3, Ética de los Padres.

El que sigue los mitzvot por su fe en Hashem se libera de todo esto y es el único ser en la sociedad que es verdaderamente libre. No necesita la aprobación de los demás mientras tenga la bendición divina que viene por su vida conforme a los mitzvot de la Torá. Todas las demás motivaciones convierten al individuo en un sirviente de las opiniones ajenas. El único camino que lo libera a uno completamente es la posición de sirviente de Hashem porque solamente tiene un solo jefe. Y ese jefe es el único que sabe cómo atender las necesidades de cada individuo en particular.
Algunos dirían que la persona que se deja guiar por sus opiniones personales que vienen de su intelecto o de su lógica tampoco se dejar dominar por los demás y es independiente también. Pero eso está mal. ¿Por qué? Porque en la realidad no existe nadie que viva una vida pura sin tomar en cuenta las opiniones de los demás. Aunque el individuo sea una persona independiente, una persona inteligente hace auto análisis y compara sus opiniones con las opiniones de los demás. Al hacerlo crea un balance y llega a una decisión que tomar. Pues en este instante le permite a la sociedad en general guiarlo y basa sus opiniones en reacción a la sociedad que lo rodea. A veces sigue la corriente y a veces reacciona a lo común y se revira contra lo popular si no le gusta pero de todas maneras siempre actúa en comparación a los demás. El ser que se deja guiar por la Torá también analiza la sociedad en general para ver las ideas y pensamiento de los demás y también formula sus propias opiniones pero la última consideración es de la Torá y no la de su inteligencia y no la de la sociedad en general.
Este hecho es conocido por todos los regímenes comunistas que desean ejercer control total sobre sus ciudadanos y prohibirles la libertad de autoexpresión y auto determinación. Por esa razón ellos son tan contrarios a cualquier fe religiosa. La victima que se vuelve esclava del estado comunista totalitarista encuentra que el único escape verdadero de ese sistema abusador es a través de la liberación más desarrollada la Torá y la libertad que Dios le da al ser humano. Esto lo expresó Natán Sharansky y también el Dr. Biscet prisionero político en Cuba comunista.
Al fin del día no hay nada que libere al ser humano como poder decir “he hecho conforme a lo que me mandaste.” El jefe que nos mandó a seguir sus instrucciones y hacer sus mitzvot no los mandó para darnos la alegría más completa. Al guardar sus mandamientos nos sentimos completados por seguir el camino de nuestros padres, por seguir el camino más inteligente y lógico, por seguir el camino reconocido por la mayor parte de la sociedad digna de respeto y nos ofrece la libertad de ser individuos completos con destino y sentimiento de auto valor.

Shabbat Shalom de parte del Rabino Rigoberto Emmanuel Viñas y familia.

Una nota sobre selijot y el mes de Elul: De acuerdo a la tradición Judía el mes de Elul siendo el último del año y por su proximidad a Rosh Hashana y Iom Kipur es un tiempo especialmente auspicioso para el arrepentimiento y para reconciliación con Hashem. Elul es una ‘zman teshuva’ un tiempo para retornar a Hashem. La palabra teshuvá está compuesta de dos partes “teshuv” retornar y “bah” a Hashem. Esto se basa en la idea de que el funcionamiento humano, en su origen era una de conexión profunda con Dios y el camino correcto; pero los pecados lo desvían de su naturaleza original. Pues durante Elul, la teshuvá le facilita regresar al camino correcto y natural de profunda espiritualidad.
En algunas comunidades, la practica sefardí es de orar muy temprano todas las mañanas las oraciones de Selijot para aprovechar estos momentos para acercarnos a Hashem através de la oración. Los judíos españoles y portugueses oramos los selijot todas las noches después de arvit, menos el día antes de Rosh Hashana y el día antes de Kipur, cuando se hacen bien temprano por la mañana. Los Ashkenazim comienzan a decir selijot el sábado por la noche a media noche la semana antes de Rosh Hashana. La costumbre de orar muy temprano o en el medio de la noche se basa en la tradición cabalista que nos dice que en estas horas Hashem (figurativamente) está sentado en el trono de misericordia. El Talmud nos dice que durante el mes de Elul, fue cuando Moisés expresó oración por el pueblo judío para que fueran perdonados por el pecado del becerro de oro. Estas oraciones fueron por 40 días, hasta que en Yom Kippur Hashem le dijo ‘salajti kidvareja’ -perdoné como me has pedido-. El Talmud menciona que esto estableció el precedente que este periodo de tiempo es muy buen tiempo para teshuvá.
Durante el mes de Elul sonamos el Shofar todos los días para recordarnos hacer teshuvá. Deberíamos de recordar el verso en Malaji 3:7 “Retorna a mí y yo retornaré a tí dice el Dios todopoderoso.” Esto nos asegura que si comenzamos en el camino de retorno a Hashem el nos encuentra en el camino y se acerca a nosotros.

Durante este mes comenzamos a desearnos unos a otros “ketivá vejatimá tova – que seas inscrito y sellado en el libro del bien”-. Años muchos y buenos. “Tizku leshanim Rabot -que sean recordados por muchos años de mucha bondades.”

Rabino Rigoberto Emmanuel Viñas y la Rabanit Sandra Viñas


Divrei Emmanuel: Parashat Ki Tavo

I have listened to the voice of the Lord my God, and have done according to all that you have commanded me. (Deut. 26:14)

The performance of a Mitzvah is an act that is commanded by the Torah. It is often described as a “good deed” but in reality it is best described as a deed that is commanded by the Torah. All deeds commanded by the Torah are good deeds because they come from the ultimate good which is the Almighty.
But people who perform mitzvoth may have many reasons or motivations for doing so. Some do so because they think it’s the “most reasonable or correct” way of doing things. In other words they do so because it makes sense to them to do it. Others do so because it is the Jewish tradition to do. They live that way doing those mitzvoth because their parents and ancestors did so. Others do it because of social pressure. Since others around them do these mitzvoth they feel that they must do so also to stay within their circle of friends. Then there are the ones who can clearly say the statement as expressed in this week’s parsha. I did your commandments, “I listened to your voice” and did everything you told me to do.
This is the optimal situation. We do mitzvoth because God told us to do them. If we do the mitzvoth solely because they appeal to us, we are not servants of God we are servants of ourselves and our egos. If we do the mitzvoth because our parents did it that way we are performing rituals that connect us to the past but may not really have influence on the present. Shintoists (in Japan) for example worship their ancestors- we worship our God who is the one who instructed us to perform these mitzvoth. The person who observes the commandments due to social commitment becomes a servant of those around him. In fact all of the other motivations aside from service of God make the practitioner a dependant person on other human beings. It is only the one who truly observes the mitzvoth because of faith in the Almighty that is truly a free person. He has “only one boss.” He answers only to the One Above. He is independent. He does not need the approval of others as long as he has the approval of God.
Totalitarian communist regimes understand this. For that reason since their inception they have devalued and prohibited the practice of religion. They understand that a truly religious individual can never be dominated by an external force because there is no force stronger than God’s and if their connection to God’s spirit is too strong they remain virtually indominable. Natan Sharansky expressed this idea from the gulag and so did Dr. Biscet a Cuban political prisoner. Both of them among many discovered that with Godly thoughts they were liberated from the oppression of the totalitarian state.
You might say, “well what about the one whose logic or mind tells him to do these things. Isn’t he free- Rabbi?” And I respond- where does he get his system of thought and logic. Aren’t the “logical things” dependent upon what society dictates to him is logical? Once again his thoughts become product of foreign thinking – he is dependent on others to compare what he thinks is “normal” to the rest of society. Those of us who serve God alone don’t care what society thinks of us we do it any ways. Most of us don’t even care what we think is right or wrong – we understand that the will of God is wiser, stronger and better for us than even our own flawed egotistical and limited thinking. We yield to the will of God and reap the benfiits. Nothing gives greater joy than to be able to say at the end of the day “I did your will just as you commwended me to.” Enjoy true freedom of thought and expression – accept only the will of God. That’s the ultimate joy!


Por el  Rabbi R. Emmanuel Viñas

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