Divrei Emmanuel Parashá Matot

Síntesis Parashá Matot :

En la primera Parashá, Moshé , enseña las reglas y restricciones que rigen los juramentos y los votos, en especial el papel del padre y del marido en el mantenimiento y la anulación de un voto. En la segunda parashá  Dios ordena a los israelitas que expulsen a los cananeos de Eretz Israel y que demuelan todos los vestigios de su idolatría. Se definen los límites de Eretz Israel y se manda las tribus a que separen en 48 ciudades para que los leviim, quienes no reciben una porción normal en la división de la tierra. Se deberán establecer ciudades de refugio así llega su fin el libro de Badmibar/Números, el cuarto libro de la Torá.

“Limpios y libres delante de Hashem”
Y quedaréis libres (limpios) con el SEÑOR y con Israel.”
 (Números 32:22)
En la parashá de esta semana mientras el pueblo judío se acercaba a la tierra y se preparaba para conquistarla para luego asentarse en ella, las tribus de Rubén y Gad le pidieron a Moisés que les permitiera establecerse en el banco oriental del río Jordán en el área que hoy en día es el país de Jordania. De acuerdo a nuestros sabios, estas dos tribus habían acumulado muchas riquezas materiales en forma de ganado y querían tierra para sus ganados. Por esa razón pidieron asentarse allí antes del resto de Israel pero estaban dispuestos a participar en las guerras de conquista para ayudar a las demás tribus entrar a la tierra de Israel. Esto fue considerado una señal negativa que demostró que ellos tenían más consideración por su material que por la mitzvá de conquistar y asentarse en la tierra prometida.

Moisés con permiso Divino acude a su pedida pero con la condición que ellos participen en las guerras como habían dicho anteriormente y les dice que si así se comportan serán “libres y limpios delante de Hashem y el resto de Israel.”

Los sabios explican que este versículo aplica en todas ocasiones no solamente durante el tiempo bíblico de la conquista de la tierra.
De acuerdo al Talmud de Jerusalem (Shekalim 3:2) este Pasuk clarifica el comportamiento que todo individuo debería de asumir en todas ocasiones y todos los días. Deberíamos de ser tan justos, honestos y ciertos delante de nuestro prójimo como somos con Dios. Deberíamos de ser limpios delante de nuestro prójimo al igual que con Dios.

En nuestras relaciones con Dios deberíamos de reconocer que Él es “El conocedor de todos los secretos.” Él conoce los pensamientos íntimos de cada uno de nosotros. El sabe si tenemos motivaciones ulteriores por nuestras acciones o si somos puros de corazón. Este reconocimiento debería de causar que meditemos y nos concentremos en purificar nuestras intenciones y acciones en nuestra relación con Dios, sin buscar ningún pago o recompensa.
Como fue mencionado en Pirké Abot Talmud Babilónico 1:3, “no sean como sirvientes que sirven al amo para recibir recompensa sino como sirvientes que lo sirven sin esperar recompensa y permite que el miedo al cielo esté sobre ti.”
Nuestro pasuk lleva este reconocimiento hasta un paso más largo. Este proyecto de mejorar nuestras acciones e intenciones no está limitado a nuestra relación con Dios pero también a los seres humanos también. Cada acción que tomamos debería de ser libre de intenciones falsas o motivaciones escondidas. De acuerdo a esta interpretación del pasuk tenemos que actuar con un corazón puro con Dios y también con nuestros hermanos.

Esta idea se puede llevar un paso más lejos. En algunas ocasiones en nuestras relaciones con otros nos encontramos con personas que aparentan ser muy amables, dicen todo lo correcto, demuestran ser educados pero uno presiente que hay algo profundo que tal vez no están demostrando la verdad de sus intenciones. Algunos ignoramos este presentimiento y luego decimos deberíamos de haber respondido a nuestros sentimientos. Esto es un instinto humano que responde a las motivaciones secretas de los demás aunque no lo demuestran uno lo siente. También existe en la otra dirección. Una persona podría parecer mal pero podemos sentir que hay algo bueno en la profundidad de esa persona que sus motivaciones son puras. Este instinto es un regalo divino que responde al mandato de este versículo. Deberíamos de responder a él y no ignorarlo como otros han dicho en el pasado. Esto no quiere decir que uno no debería de confiar en los demás – lo que quiere decir es que uno debería de confiar en sí mismo y sus instintos.

El versículo lo dice en forma simple. Buscar ser limpio y libre – no compliques lo que no es necesario complicar. Nuestras relaciones entre los seres humanos y también con Dios no se deberían de complicar innecesariamente. La claridad y el camino derecho es lo recomendado por este pasuk.

El Talmud da ejemplos de familias que buscaban la simplicidad y claridad en su relación con Dios y con otros. Había dos familias que estaban encargados de preparar el incienso (ketoret) y los panes para el sagrado templo. La casa de Avtinas proveía el incienso y la casa de Gormi preparaban los panes. El Talmud cuenta que los Avtinas nunca se ponían perfume para que nadie piense que ellos estaban usando las especies del incienso sagrado para adornarse ellos mismos. La familia Gormi ordenó que nunca se sirva pan hecho de harina de trigo fino en su casa para que nadie se confunda y piense que ellos estaban comiendo de los panes del altar del templo.

Estos son ejemplos de cómo estas familias buscaban la transparencia, claridad y ser limpios de dudas delante de Dios y sus vecinos. Ellos sabían que Dios entendería la diferencia entre las especies del perfume y las del incienso y las harinas del los panes laicos y los panes sagrados pero no querían arriesgar confusión con los seres humanos. Buscaban claridad, honestidad y libertad con los demás.

Ser “libres y limpios” delante de Dios y nuestro prójimo es un estilo de vida que requiere compromiso a la rectitud y requiere trabajo para mantenerlo, pero su recompensa, es tener una conciencia limpia y saber que uno está viviendo en la mejor forma posible. Este regalo de vivir limpio y libre delante de Dios y nuestros prójimos es uno de los regalos más importantes que viene por vivir de acuerdo a la Torá. Es un sentimiento tan seguro que vale cualquier sacrificio poder sentir este nivel de satisfacción. Cuando un ‘ben Torá’ hijo de la Torá (persona que vive de acuerdo a la Torá se acuesta a dormir o se mira en el espejo su conciencia está limpia si a vivido de acuerdo a estas enseñanzas y si no lo ha hecho tiene sistemas para corregirlo – nada se compara a la satisfacción de saber que uno está viviendo de acuerdo a lo que su conciencia le ha pedido.
 No hay nada que se puede comparar a ese sentimiento de limpieza y rectitud delante de Dios y los hombres.


Por el  Rabino Rigoberto E. Viñas

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