Divrei Emmanuel: Palabras de Torá en honor a la fiesta de Shavuot
“Los dos Panes de
Shavuot – Shtei Halejem”
Uno de los
nombres de la fiesta de Shavuot es “Jag Habikurim – Festival de los primeros
frutos.” Como parte de la celebración de los primeros frutos, se traían al
sagrado templo dos panes hechos de la harina de la nueva cosecha de trigo y se
mecían delante de sagrado altar. La ofrenda de estos dos panes se llamaba los
“shtei halejem – los dos panes.” Esta ofrenda está representada con el otro
nombre de Shavuot – “Jag Hakatzir” la fiesta de cortar la nueva cosecha de
trigo.
Durante las
semanas anteriores a la fiesta de Shavuot se traía al templo y altar la ofrenda
del Omer. La primera ofrenda del Omer se traía en el 16 de Nisán el segundo día
de Pesaj hasta del día 49 del Omer cuando comenzaba Shavuot. La primera ofrenda
del Omer era compuesta de cebada en forma de una Matza. Esta también estaba
hecha de la nueva cosecha pero de cebada. Después de traer esta ofrenda de
cebada al templo se permitía comer de la nueva cosecha de cebada, antes de eso
no se podía comer del nuevo trigo.
Las dos ofrendas,
el Omer de cebada y los dos panes de trigo para Shavuot, eran creados de la
nueva cosecha para demostrar que todo éxito viene de Dios. Estas ofrendas eran
para darle gracias a Dios por la bendición de la tierra en nombre de Israel. Al
dar de los primeros frutos se ofrecía lo mejor de la tierra.
El Omer no tenía
levadura (era una Matza) y el Shtei Halejem eran panes leudados (jalot). De
acuerdo a la ley bíblica no se podía traer ningún tipo de levadura al altar del
templo durante el año entero menos en Shavuot cuando se traían estos dos jalot
(panes) y se mecían delante del altar pero no se ponían en el altar. Los dos
panes de Shavuot eran la excepción a la regla que prohibía cualquier tipo de
producto leudado (Jametz) en el Templo.
¿Por qué era
prohibido traer Jametz al templo y por qué eran estos panes la excepción a la
regla?
De acuerdo a
nuestros Rabino (Jazal), el Jametz simboliza el Yetzer Hará, la inclinación al
mal del ser humano. El Talmud en Brajot 17 (a) explica en forma de
oración esta idea “es obvio y conocido delante de Ti que queremos servirte y
hacer Tu voluntad – pero, ¿Qué nos bloquea hacerlo?, la levadura en la masa
(Jametz).” En Pesaj destruimos el Jametz para liberarnos del materialismo y
deseo físico de adquirir los placeres del materialismo vacío. El Yetzer Hará
(deseo negativo) se podría describir como el EGO que nos hace creer que somos
importantes y que todo lo que tenemos los adquirimos por nuestro talento propio
y todo lo que hay en el mundo podría ser de nosotros. El Yetzer Hará nos hace
creer erróneamente que aunque las leyes de la Torá le aplican a toda la
naturaleza, que a nosotros no nos aplica o que nosotros somos tan especiales que
no nos toca el castigo por violar esas leyes. Que nosotros podemos crear
nuestras propias leyes que nos aplican a nosotros solamente.
El Yetzer Hará
cumple todo esto al inflar el EGO a una proporción enorme. Esto es similar al
Jametz en la masa que infla la masa y la hace crecer más que su proporción
original. Por esta razón el Jametz era prohibido normalmente en el Templo
sagrado de Jerusalén. Dios no quiere que los seres humanos vayan al templo para
inflarse o hacer crecer su EGO. Él no quiere los “majirs” (yiddish para hombres
importantes), Él quiere hombres humildes y normales. El Yetzer Hará es
considerado el deseo de placer físico simplemente para satisfacer el deseo
básico o animal del ser humano. La persona que se permite guiar por el Yetzer
Hará desarrolla su parte animal y sacrifica la parte espiritual.
La cebada se
traía al templo sin leudar (Jametz) para expresar nuestro deseo de sobrepasar
los deseos animales del ser humano. La cebada cruda era considerada comida de
animales que se le daba principalmente al ganado en las fincas. Al crear una
Matza de cebada estábamos admitiendo que teníamos tendencias y deseos como los
animales pero que queríamos superar estos deseos.
¿Por qué entonces
añadirle Jametz (leuda) a la masa de los Shtei Halejem en Shavuot? ¿No
deberíamos de continuar en ese proceso de sobrepasar el Yetzer Hará durante la
fiesta? ¿Por qué añadírselo a la ofrenda de la fiesta si todo el año y durante
el periodo antes de esta misma fiesta habíamos hecho todo lo posible por evitar
el Jametz en el altar?
Durante los 49
días del Omer la comunidad estaba en el proceso de purificación espiritual para
recibir la Torá en Shavuot. Los panes de Shavuot también estaban conectados
simbólicamente a la revelación de la Torá en el sexto día de Siván – la fecha
de Shavuot. Pues la ofrenda de los dos panes leudados está conectada al aspecto
de la fiesta que tiene que ver con los primeros frutos y también a la
celebración de la revelación de la Torá en el monte Sinaí en el sexto día de
Siván. Por eso la fiesta también se llama “zmán matán Toratenu – el
tiempo de la revelación de nuestra Torá.” Al añadirle el Jametz una filosofía
teológica muy profunda era expresada que está conectada a la revelación de la
Torá.
¡La revelación de
la Torá en el monte Sinaí no fue para destruir el Yetzer Hará! Sin la Torá la
única manera de conectarnos al mundo espiritual seria desconectarnos del mundo
físico, destruir el deseo físico, y evitar nuestro contacto con cualquier forma
de deseo del cuerpo. Por ejemplo tendríamos que practicar el celibato para
superar el deseo de placer sexual. En el conflicto entre la espiritualidad y el
materialismo uno de ellos tendría que ganar y vencer al otro. Tendríamos que
escoger entre uno o el otro. Pero al darnos la Torá otra realidad es posible.
Esta posibilidad es de transformar el Yetzer Hará. Todos los deseos materiales
del Yetzer Hará son discutidos en la Torá. Pero en la Torá esos mismos deseos
son transformados y usados para expresar ideas espirituales. En lugar de
separarnos del mundo material la Torá nos une al mundo material e impone
mandamientos y acciones (ritos) que nos involucran en el mundo físico en una
forma transformativa al mundo físico que revela la presencia divina en todo lo
físico. La sexualidad por ejemplo no es evitada por la Torá, es expresada a
través de “kidushin” santificada unión. La comida es controlada por las leyes
‘kashrut,’ y el trabajo tiene límite durante Shabat y Yom Tov. La Torá usa el
mundo físico y nos enseña cómo ser seres espirituales en un mundo físico y
limitado.
Por esa misma
razón tiene sentido que el rito ocurra a través de los primeros frutos. La
naturaleza ya había corrido su curso completo, la tierra había dado su fruto y
aquí en nuestras manos estaba lo que habíamos buscado y trabajado por tanto
tiempo. Ahora que habíamos conseguido lo que queríamos lo usamos para
conectarnos a Dios y alabarlo. Al usar panes leudados le expresamos al Dios de
Israel que permita que la Torá transforme todo los físico (simbolizado por el
trigo) en algo espiritual simbolizado por el uso de ese trigo en un rito
espiritual. Al incluir el Jametz (leuda) en la masa incluimos la oración que
también transforme el yetzer hará en instrumento espiritual y nos permite usar
este también en su servicio.
El poder de la
Torá de transformar lo físico y limitado y energías negativas era expresado a
través de la ofrenda del Shtei Halejem en el templo durante la fiesta de
Shavuot. Desafortunadamente esta ofrenda no se puede completar hoy en día
porque no tenemos el sagrado templo y altar. Cerramos este dvar Torá en oración
que nuestro estudio de Torá sirva para abrir nuestra conciencia a estas ideas
que eran simbolizadas por los ritos de las fiestas, y que Hashem permita que
veamos con nuestros propios ojos la práctica de este rito pronto en nuestros
días AMEN.
Moadim Lesimjá de
parte de Rabino Rigoberto E. y la Rabanit Sandra Viñas