Fiestas de fin de año. ¿Qué hago?
Fiestas de fin de año. ¿Qué hago?
Por: Rabino Rigoberto Manny Viñas.
AMA A TU FAMILIA, SIN PERDER TU IDENTIDAD
Muchas de las personas que vienen a convertirse, aman tanto al judaísmo que se arriesgan a perder todo lo que conocían en su vida, para acercarse a éste y abrazar la Torá. En mi humilde opinion esas personas, son los héroes de la vida moderna judía. Todos los miembros del Centro de Estudios Judíos Torat Emet y todos aquellos que están buscando ser parte del pueblo judío, han decidido arriesgar sus contactos sociales, ser criticados, rechazados y separados de sus familias, perder todo lo que su círculo familiar logró dentro de una sociedad, con tal de vivir el judaísmo. Todo esto es un testimonio verdadero, de la fe, la fuerza y el compromiso de las miles y miles de personas, que cada día hacen un gran sacrificio y esfuerzo por ser judíos y cumplir con la Torá. Por eso los respeto y los aprecio tanto. No es común conocer a personas que arriesgan todo por sus creencias, son las personas mas fuertes del mundo y los amo.
Sin embargo debemos comprender, respetar y aceptar de forma proactiva, que nuestros familiares han continuado en su camino y son felices con su elección. Nosotros somos en estos aspectos, "Las notas discordantes". Sería muy feo y lamentable, que los miembros de la familia, crean que el judaísmo vino a destruirles la unión familiar. Por el contrario, nuestra religión lo que busca es “Restituir a las familias” y reconocer su importancia y centralidad.
La base, de acuerdo con la Torá, de toda la sociedad no es la tribu o el país, es la Familia y las tribus y los países, son una continuación de ésta. La Torá comienza con la historia de una familia: Esa pareja, Adam y Eva, son los padres de toda la humanidad. Ninguna de estas primeras familias eran judías, por lo tanto, es obvio que la Torá y el judaísmo, reconocen el poder de la unión familiar para todos los seres humanos, no solamente para los judíos. Hasta el sentir de familia entre los animales, es reconocido en la Torá, como parte de la naturaleza de pertenecer a la gran familia, de todos los seres vivientes.
Pero a muchos de mis apreciados, con el progreso de su fe y afiliación al judaísmo, se les presenta un gran dilema, especialmente durante estos días de fiestas de fin de año, con miembros de la familia que no comparten nuestra fe. Muchos de éstos, se sienten ofendidos y les da dolor cuando “de pronto” la religion o creencias de la persona, los excluye de participar como se hacia antes en las fiestas de la familia. Esto no solamente les duele a ellos, si no a nosotros también. Muchos me piden consejos para saber, qué hacer durante estos días de importancia a la union de la familia, mientras uno se mantiene fiel a su fe y sus creencias.
Por esa razón escribo este artículo, para aclarar la postura del judaísmo auténtico, en relación a esta situación, sobretodo cuando queremos mantener nuestra identidad, en medio de estas celebraciones idolátricas y también un llamamiento natural, para mantener la union de la familia, especialmente en consideración a los desafíos que hemos visto durante este año, con tantas pérdidas durante esta pandemia.
La respuesta es, que aunque nosotros no participamos de estas celebraciones, cuyos motivos idolátricos expliqué en mi artículo "La fiesta del Prepucio", debemos crear o encontrar algunos momentos, para hacer sentir bien a nuestros parientes y demostrarles cuánto les amamos. Y si se presenta la oportunidad, de una forma respetuosa y amorosa, podemos hablar con ellos y decirles: “Mamá o Papá, (hermano o hermana) tú sabes que yo ya no celebro estas fiestas, pero los amo profundamente y les deseo mucha alegría, como siempre lo he anhelado para ustedes". En muchos casos he visto que esos pasos, son asumidos con cariño por los miembros de la familia y algunos responden con más aceptación. Hay que entender, que el miedo al interior del seno del hogar, obedece al pensamiento erróneo que esa nueva religión los va a dividir y por eso muchos tienen resistencia al cambio de creencias, de quien comenzó una vida judía. Usando esta manera de responderle a nuestra familia, procuramos sostener el sentido de humanidad, sobre todo en estos momentos tan complejos y difíciles, en los que muchas familias pasan por el dolor de haber perdido a un ser querido y de esa forma, la conexión con nuestros familiares se mantiene intacta, al comportarnos compasiva y amorosamente con ellos. Se busca algo que mantenga los enlaces con ellos. Se les desea felicidad. Se busca alguna manera, de mantener los buenos sentimientos de union con la familia, que Dios usó para bendecirnos con vida y amor.
El Judaísmo auténtico, no demanda la destrucción de la familia, por una diferencia de fe. El judaísmo auténtico, no le pide a un converso (guer, que se separe de su familia. Es completamente lo opuesto.
Mi recomendación en respuesta a esta pregunta tan importante es ¡Mantén la conexión de amor con tu familia, pero no pierdas tu propia identidad! Ignora a todos los que difunden por la red, la idea que los guerim, convertidos, deben alejarse de sus familias, eso no es parte del proceso. El Judaísmo auténtico, no es una religión que busca dividir a las familias. Sigue amándolos y hazlos sentir que no te han perdido por tu fe, si no que ahora eres un mejor hijo/a de lo que eras antes, por haber encontrado el camino de la Torá.
Todo esto es parte de una actitud en la Halajá (Ley judía), que se llama “darjei shalom.” Los caminos de la paz. Al mantener la paz y el amor en la familia, la Presencia Divina reina entre nosotros. Nuestros padres y familias merecen ese amor y ustedes merecen poder retenerlo. Esto de verdad, es lo más importante en el mundo.
