Lag
Laomer: Rabbi Akiva y Bar Kojbá
Por
Rabino Rigoberto Emmanuel Viñas
Cuando era niño, nuestro Rabíno Sefardita Rafael Sevi
nos llevaba al campo fabricando arcos y flechas como parte de la celebración de
Lag LaOmer[1]. Esa
noche, él hizo un Barbacuá con nosotros en forma de una gran fogata – una
fogata en la que hacíamos perros calientes y asábamos algunas papas envueltas
en papel aluminio.
Mi Rabíno Rafael nos explicaba que jugar con los arcos
y las flechas realmente era una parte de la festividad debido a un truco que el
Rabíno Akivá había perpetrado hacia nuestros enemigos los romanos, para poder
continuar el proceso del estudio de Torá que ellos habían prohibido bajo amenaza
de muerte. El Rabíno Akivá llevó a sus estudiantes a los campos diciendo a los
invasores Romanos que iban a cazar o a jugar y mientras que algunos de los
estudiantes jugaban en los campos con los arcos y las flechas, los otros
entraban a las cuevas y estudiaban Torá con su maestro. Se intercambiaban a lo
largo del día engañando al enemigo, llevándolo a pensar que el proceso de
estudio de Torá había llegado a su fin y que ahora estaban inmersos en simples
juegos de caza y guerras.
Tiempo después me enteré de la horrible muerte del Rabíno
Akiva tal cual la ordenó el malvado Tyranus Rufus como lo muestra el Talmud
Babli Berachot 61b. El Rabíno Akiva el gran Tanna fue torturado por el “crimen”
de enseñar Torá en contra de las órdenes Romanas. Su piel fue desollada con
peines de hierro. Y él murió diciendo el Shema Yisrael. De acuerdo con el
Talmud Babli, sus estudiantes se cuestionaban cómo es que él se podía mantener
tan calmado durante su tortura y su respuesta fue que él siempre se había
preguntado cómo sería posible “amar al Señor tu Dios con todo tu corazón y con
todo tu “nefesh” cuerpo y ahora lo estaba haciendo sacrificando su cuerpo en
nombre de Dios.” Esta es la fuente de la tradición por la cual decimos el rezo
del “Shemá” aún hasta en nuestro último aliento al morir. El Talmud Yerushalmi
tiene otra versión de esto, que afirma que el verdugo le preguntó si él era un
brujo porque no gritaba y el Rabíno Akiva le dió una respuesta similar que
inspiro misericordia por parte del verdugo quien apresuró su muerte en contra
de las órdenes de haber traído un doctor que le mantuviera vivo mientras era
torturado. Esta historia después fue agregada a la Liturgia de Yom Kippur como
parte de una oración pidiendo la misericordia de Dios invocando los méritos de
diez de los más grandes Sabios de Israel en manos de los romanos. Esa oración se
llama los “Asara Harugei Malchut.”
Pero ¿quién fue el Rabí Akiva el Tanna y estaba su
rebelión limitada a enseñar a los niños en contra de las órdenes de los romanos
o había más en esta rebelión?
¿Qué tienen que ver las fogatas de
Lag LaOmer (para algunos BaOmer), con el Rabí Akiva y la rebelión contra la
opresión Romana?
Rabí Akiva era un Tanna. Los Tannaim vivieron en
Israel durante la Brutal Conquista Romana entre los años 10-220 EC. Ellos
fueron los Sabios que son citados en la Mishná que luego fue compilada por el Nasí (Presidente de la
Academia de Tannaim) Rabí Yehudá el Tanna. Los Tannaim crearon la Mishnah, la
Tosefta y todos los comentarios en el Talmud a partir de ello basado en esta tradición
como un medio para preservar y transmitir la Tradición Oral ante la arremetida
de nuestros enemigos. La palabra “Tannah” es la versión Aramea de la palabra
Hebrea “Shna” que significa repetir. La versión Aramea de la palabra Shna
cambia la letra Shin por una Tav y es por eso que en Arameo se le llama “Tanna”
y no shana. ¿Qué era lo que ellos repetían? La Ley Oral; pasó de generación a
generación de Moisés hasta estos grandes hombres. La “Mishná” es por tanto
llamada por su nombre porque se refiere a la repetición de la ley tal cual fue
dada oralmente a Moisés en el Sinaí y que entonces pasó a estos grandes sabios
quienes la codificaron. De acuerdo con nuestra tradición, los Tannaim fueron la
última generación que tuvieron la ordenación (smicha) en la línea de Moisés
porque los Romanos sistemáticamente asesinaron a todos estos grandes sabios con
la esperanza de terminar con la trasmisión de la Torá como parte de un plan
para destruir el Judaísmo por completo, pero el estudio de la tradición
transmitida por los Tannaim nos preservó aún más allá de la opresión.
¿Cuál es la fama comúnmente reconocida del Rabí Akiva?
(1) Su trágica muerte en el martirio como fue descrita anteriormente en el
Talmud. (2) Por su gran dicho “veahavata lereacha kamocha zeklal gadol baTorá.”
Que el mandamiento de amar a tu prójimo como a ti mismo es el principio que
gobierna la Torá completa.” Y (3) se dice que el conteo del Omer siendo
considerado como un período de luto es el resultado de una plaga que azotó a
los 24,000 estudiantes de Rabí Akiva. La plaga mataba a sus estudiantes cada
día durante este período, pero cesó en el día 33 del Omer y por lo tanto se
levanta el luto y se convierte en un día de celebración. El Talmud en Yevamot
62b nos cuenta que 12,000 parejas (sugot) de los estudiantes de Rabí Akiva
murieron durante este tiempo “porque no se respetaban unos a los otros.”
De esto, se ha hecho sermones completos al respecto de
la raíz de su irrespeto del uno por el otro y la subsecuente plaga que los
destruyó. Estos sermones son normalmente utilizados para entregar el mensaje de
respeto por las diferencias de opinión dentro del mundo del estudio de la Torá.
Pero ¿quizás una “plaga” distinta fue
la que azotó a los estudiantes de Rabí Akiva?
De acuerdo con Rav Sherira Gaón en su Igueret
(Epístola de) Rav Shrira Gaón, la plaga que azotó a los estudiantes del Rabí
Akiva fue la plaga de la persecución religiosa; “Rabí Akiva formó a muchos
estudiantes pero ocurrió una shmada persecución
religiosa sobre ellos.” Rav Sherira Gaón fue la cabeza (Gaón) de la Academia de
Pumbeditha. Él fue uno de los más prominentes Geonim de su período, y el padre
de Hai Gaón, quién le sucedió como Gaón. Sherira nació en el 906 y murió en el 1006.
Lo que frecuentemente es pasado por alto acerca de
Rabí Akiva es que él es uno de los mayores apoyadores de la Rebelión de Bar Kojba
y hasta consideró que era el Mesías. El Talmud de Jerusalem en Tanit 4:5 dice
“Rav Shimon bar Yochai enseñó “Akiva mi maestro explicó el texto “una estrella
surgirá de Jacob,” (Números 24:17 Que se interpreta como una alusión al
meshiaj) cuando R’ Akiva veía a Bar Kojba decía, he ahí al Rey Mashiach.
Entonces Rav Yochanan ben Torta le respondía a Akiva te saldrá hierba de tus
mejillas y el Hijo de David (refiriéndose al Mashiach) aún no ha llegado.”
¿Qué ocurrió durante la Rebelión Judía contra los
Romanos que creó la observancia del período de luto del Omer y la creación del
Lag LaOmer tal como lo conocemos hoy? En razón de comprender lo que realmente
pasó en Lag Laomer y durante el Omer que realmente creó esta tristeza, tenemos
que comprender que los estudiantes de Rabí Akiva jugaban un papel instrumental
en la rebelión de Bar Kojba contra el dominio Romano y su pérdida es
conmemorada hoy día durante este período.
Historia de los eventos que guiaron a esto:
Los judíos se revelaron dos veces contra el poderoso
Imperio Romano. La primera revolución se llevó a cabo en el año 68 E.C., y
culminó en la destrucción del Templo el 9 de Av, (Tisha B’av) en el 70 E.C.[2] Sin
embargo, los Judíos se quedaron en la tierra de Israel aún bajo el dominio
Romano.
En 114 E.C. el emperador Trajano se embarcó en una
campaña militar para aplastar a los Partos (Imperio Persia) en el oriente (hoy
Irak e Irán). Después de los triunfos iniciales, Las legiones de Trajano
sufrieron una serie de derrotas y él se vio forzado a las retirada (murió
durante esta campaña en el 117). Los Judíos del Imperio Persa batallaron lado a
lado con sus aliados Persas y se embarcaron en una serie de acciones de
guerrilla detrás de las líneas enemigas. También es posible que muchas
comunidades Judías de la Diáspora dentro del Imperio Romano, también se alzaron
en la revuelta.
La respuesta Romana, con la ayuda de los anti-Semitas
de la región, fue masacrar a los Judíos. Muchas de las más grandes comunidades
Judías en la Diáspora; en Chipre, Libia, Alejandría y Mesopotamia fueron
diezmadas. Esta masacre, es conocida como La Guerra de Kitos en el nombre del
gobernador militar Romano de Judea, Lucious Quietus, quien brutalmente
persiguió a la población Judía de Israel.
Para la comunidad Judía de Judea, los años entre 80 y
130 E.C. fueron simultáneamente años de reconstrucción del país y la
preparación para la Revuelta de Bar Kojba. La revuelta de Bar Kojba marcó un
tiempo de grandes esperanzas seguidos por una desesperanza violenta. A los Judíos se les entregó expectativas de
una tierra y un Templo Sagrado, pero al final fueron perseguidos y vendidos en
esclavitud. Durante la revuelta en sí misma, los Judíos ganaron grandes
cantidades de tierra, tan solo para ser desalojados y aplastados en la batalla
final de Betar.
Cuando Adriano Primero se convirtió en emperador
Romano en el 118 E.C., él era empático
con los judíos. Les permitió volver a Jerusalen y
les otorgó permiso para la reconstrucción del Templo Sagrado. Las expectativas
de los Judíos fueron incrementando a medida que ellos hacían preparativos
organizacionales y financieros para reconstruir el templo. Adriano rápidamente
desmintió su palabra, no obstante, y requirió que el sitio del Templo fuese
removido de su localidad original. De acuerdo con la tradición Judía, esto
sucedió por causa de los Samaritanos quienes eran enemigos de los Judíos y
querían prevenir la reconstrucción del Templo[3].
También comenzó a deportar a los judíos al Norte de África. En Roma sin
embargo, un gran número de personas incluyendo a los Senadores y los miembros de las clases
dominantes comenzaron a ser atraídas al Judaísmo. Algunos de ellos se
convirtieron al Judaísmo y hubo Judíos misioneros en Roma. A lo largo de esto
el Cristianismo continuó creciendo mientras que su participación Judía era
disminuida.
Los Judíos se prepararon para rebelarse en contra de
los Romanos hasta que Rabí Joshua ben Hananiah los llamó a la calma. Los Judíos
se contentaron con prepararse en secreto en caso de que eventualmente se
hiciese necesaria una rebelión. Ellos construyeron escondites en cuevas y
fabricaron armas de mala calidad para que los Romanos rechazaran esas armas y
las devolvieran a los Judíos.
Los Judíos organizaron fuerzas de güerilla y en el 123
E.C., comenzaron a implementar ataques sorpresa contra los Romanos. Desde ese
punto en adelante, la vida solamente empeoró para los judíos. Adriano trajo un
ejército de armada extra, la “Sexta Ferrata,” al interior de Judea para
lidiar con el terrorismo. Adriano odiaba las religiones “extranjeras” y
prohibieron a los Judíos llevar a cabo circuncisiones y que cualquier
conversión tomara lugar bajo pena de muerte tanto para el converso como para el
Rabíno que llevara a cabo la conversión. Él nombró a Tinneius Rufus gobernador
de Judea. Rufus fue un gobernador severo que tomó ventaja de las mujeres
Judías. Aproximadamente en el 132 E.C., Adriano comenzó a establecer una ciudad
en Jerusalem llamada Aelia Capitolina, siendo dicho nombre una combinación de
su propio nombre y el del dios Romano Júpiter Capitolinos. Él comenzó a
construir el templo a Júpiter en el lugar del Sagrado Templo Judío.
En tanto que Adriano permaneció cerca de Judea, los judíos
permanecieron relativamente en quietud. Cuando él salió en el año 132, los
Judíos comenzaron su rebelión en una gran escala. Ocuparon pueblos y los
fortificaron con murallas y pasajes subterráneos. Bajo el fuerte liderazgo de Shimon Bar-Kosiba los Judíos capturaron aproximadamente 50
fortificaciones en Judea y 985 pueblos indefensos y villas, incluyendo
Jerusalén. Judíos de otros países, e incluso algunos gentiles, se unieron a la
rebelión de manera voluntaria. Los Judíos acuñaron monedas con slogans tales
como “Libertad para Israel” escrito en Hebreo. ¡Incluso algunas fueran acuñadas
por encima de las antiguas monedas romanas!
Adriano despachó al General Publus Marcellus, gobernador
de Siria, para ayudar a Rufus, pero los Judíos vencieron a ambos líderes
Romanos. Los Judíos entonces invadieron la región costera y los Romanos
comenzaron a hacer batallas marítimas contra ellos.
Monedas de Bar Kojba |
A diferencia de la primera revuelta, la segunda fue
100% exitosa, al menos inicialmente. Para la total consternación de los
dominadores romanos, quienes controlaron el mundo entero desde la India hasta
Inglaterra, el diminuto pueblo Judío, por primera vez en la historia de los romanos,
¡pudo expeler al ejército de la ocupación de cada pulgada de su suelo! El
Talmud (Sanedrín 97b) afirma que Bar Kojba estableció un reino independiente
que duró por dos años y medio.
Rabí
Akiva Declara a Bar Kojba Mashiach
Para este punto, Rabí Akiva y sus sabios chachamim contemporáneos pronunciaron a
Ben Kosiba el largamente esperado Mashiach, y le invistieron con el título de “melech” (Rey) y “nassi” (Presidente).
¿Qué es lo que nosotros conocemos acerca de este
electrificante evento en nuestra historia? Hasta ahora conocíamos muy poco. Los
historiadores Romanos comprensiblemente se mantuvieron callados acerca de este ‘David’
de los últimos tiempos, quien derrotó al poderoso Goliat-Roma. Los Cristianos
abiertamente le odiaron, por razones que pronto se convertirán en aparentes.
Al principio todo lo que sabíamos acerca de este gran
líder provenía de algunas referencias crípticas en el Talmud, Tratado del
Sanhedrin, y en Seder Olam. También supimos acerca de él por la enorme cantidad
de monedas que acuñó. Algunas de ellas eran monedas Romanas sobre acuñadas,
capturadas durante la guerra. En algunas de ellas aún se puede ver la
inscripción en Latín por debajo del orgulloso texto Hebreo (en letra Hebrea
antigua) proclamando la ge’ulat Yisrael,”
o “jerut Yerushalayim[4].”
Algunas monedas de plata grandes muestran el frente del Bet Hamikdash, con lo cual los eruditos daban a entender que Ben
Kosiba, o Bar Kojba como fue posteriormente llamado, realmente comenzó a
construir el Templo Sagrado.
[5] En 1960 el famoso arqueólogo Israelí
Yigal Yadin hizo algunos sensacionales hallazgos cuando excavó las cuevas del
Mar Muerto. Entre sus descubrimientos había una gran cantidad de cartas y
contratos escritos por judíos en el
campamento de Bar Kojba, y algunos escritos por el mismo Bar Kojba!
Estos escritos lanzan una luz completamente nueva de
esta figura heroica en nuestra historia: Él era un administrador de primera
clase, quien declaró la tierra como propiedad del Estado, a ser distribuida a
granjeros en una forma de aparcería. Él dio instrucciones vívidas a su pueblo,
llamándoles a seguir las mitzvot en todo detalle: apartar maser (los diezmos), guardar Shabat y los otros mandamientos.
Una de las muy conmovedoras cartas que escribió Bar Kojba
a su comandante en Ein Gedi, haciéndole saber que le enviaba burros cargados
con Lulavim y Etrogim, e instruyendo al comandante a devolver los burros con hadasim y aravot, de manera que en ambos campamentos tuvieran las “cuatro
especies” necesarias para la festividad de Sukot – ¡y todo eso al calor de
feroces batallas en contra de los Romanos!
En una de las cuevas encontraron una gran colección de
artefactos religiosos Romanos que había sido desfigurados. También encontraron
canastas de calaveras sin mandíbula y Yadin llamó a una de las cuevas ‘la Cueva de los Horrores’ porque en esa
cueva encontraron cuarenta esqueletos que incluían mujeres y niños que
probablemente eran miembros del grupo de Bar Kojba que habían muerto de hambre
por causa de los Romanos.
Deslealtad
de los primeros Cristianos
Otra serie de cartas arroja una luz extremadamente
importante en la historia de la separación entre los Judíos y los primeros
Cristianos. Estos primeros Cristianos se consideraban a sí mismos como buenos
Judíos, pero como ya creían que su Mesías ya había venido, no podían aceptar a
Bar Kojba como el Mashiach, y por eso no se unieron al levantamiento nacional
liderado por él. En una carta, por lo tanto, encontramos que Bar Kojba da
rigurosas instrucciones de arrestar y encadenar a cualquier Galileo (Cristiano)
que actúe de manera traicionera. De hecho, La revuelta de Bar Kojba marcó una
diferencia clara entre el camino de los Judíos y los primeros Cristianos. No es
de asombrarse que los últimos no sintieran amor por Bar Kojba, quien para
nosotros, sin embargo, es la personificación de un héroe Judío.
Después del triunfo inicial de los rebeldes, el
Emperador Adriano estaba desesperado. No podía tolerar que una banda tan
pequeña de renegados hubiese desalojado a su orgulloso ejército. Buscó en todo
su Imperio para encontrar al general más talentoso, y finalmente volvió a
llamar al General Julius Severus de Britania, ahí él había ganado
reconocimiento por pelear contra los fieros bárbaros Ingleses, al norte del así
llamado “Muro Adriano,” el cual hasta nuestros días cruza a lo largo del campo
Inglés.
El Emperador Adriano ordenó a Severo a movilizar un
ejército especial contra Bar Kojba. Cuando el talentoso General llegó a tierra
santa, decidió conducir una campaña “estilo güerilla”: debilitando lentamente
los fortines Judíos, y no involucrándoles en una batalla abierta. Para ese
tiempo, había 12 legiones de ejércitos de Egipto, Britania, Siria y otras áreas
en Judea. Debido a la gran cantidad de Judíos rebeldes, en lugar de una guerra
abierta, Severus sitió los fuertes Judíos y retuvo los alimentos hasta que los
Judíos se debilitaron. Solamente hasta entonces su ataque escala a una guerra
abierta. Los Romanos demolieron todos los 50 fuertes Judíos y 985 villas. Los
conflictos principales tuvieron lugar en Judea, la Shefela, montañas y desierto
de Judea, aunque la batalla también se extendió hacia el Norte de Israel. Los
Romanos tuvieron grandes bajas y también perdieron una legión entera en batalla. La 22ava legión Romana entró en
una emboscada y fue masacra y nunca más reconstituida. Al final de la revuelta
los Romanos tuvieron que traer virtualmente a todo el Imperio Romano a Israel
para aplastar a los Judíos.
El
historiador Romano Dio Cassius nos relata:
“Severus no se
aventuró a atacar a sus oponentes de manera abierta en ningún momento tomando
en cuenta su número y desesperación, mas interceptaba pequeños grupos. Gracias
a la cantidad de soldados y sus oficiales, y al privarlos de comida y
sitiarlos, él pudo—más de una manera lenta pero segura, pero en comparativo
poco peligro—aplastar, desgastar y exterminarlos. De hecho muy pocos de ellos
sobrevivieron. Cincuenta de sus más importantes lugares y 985 de sus más famosas villas fueron arrasadas hasta el
suelo, y 580,000 hombres fueron asesinados en numerosos asaltos y batallas, y
el número de aquellos que perecieron por causa del hambre, la enfermedad y el
fuego fue más allá de lo incontable.
“Por lo tanto,
casi toda Judea fue desolada, un resultado del cual la gente ya había tenido
advertencia antes de la guerra. En cuanto a la tumba de Salomón, la cual los
Judíos tenían por objeto de veneración, cayó en pedazos y colapsó. Y muchos
lobos y hienas se apresuraron a ahoyar dentro de las ciudades. Muchos Romanos,
sin embargo, perecieron en esta Guerra. De ahí que, Adriano, en sus escritos al
Senado, no empleara la frase de saludo comúnmente usada por los emperadores:
‘Qué bien si ustedes y sus hijos están con salud, y yo y mis legiones estamos
con salud.’”
La batalla final de la guerra se llevó a cabo en
Betar, en los cuarteles de Bar-Kojba, la cual alojaba tanto al Sanedrín (Corte
Suprema Judía) y la casa del Nasi (líder). Betar era un fortín militar vital
debido a su localización estratégica en una cresta de la montaña sobre
vigilando el Valle de Sorek el importante camino de Jerusalem-Bet Guvrin. Miles
de refugiados Judíos huyeron a Betar durante la guerra. En el 135 E.C., el ejército
de Adriano sitió Betar y en el 9 de Av, el ayuno Judío que conmemora la destrucción del
Primer y Segundo Templo Sagrado, las murallas de Betar cayeron. Después de una
fiera batalla, cada judío en Betar fue asesinado. Pasó un largo período
(algunos dicen que fue de años) antes que los Romanos permitieran a los Judíos
enterrar a sus muertos.
El
Talmud (en Gittin 57a)
relata lo que sucedió en Betar: “Tenían la costumbre en Betar que cuando un
varón nacía plantaban un árbol de cedro y cuando nacía una hembra plantaban un
pino, cuando estos se casaban los cortaban y hacían un dosel nupcial con las
ramas. Un día la hija del César iba pasando y el mango de su litera se rompió.
Cortaron un cedro y se lo trajeron. Los Judíos de Betar les cayeron encima y
los golpearon. Reportaron al César que los Judíos se rebelaron y marcharon
hacia ellos... ellos mataron hombres [Judíos], mujeres y niños hasta que la
sangre fluyó hacia el Mar Mediterráneo. Se enseñó que por siete años los
gentiles cultivaron sus viñedos con la sangre de Israel sin necesidad de abono
para la fertilización.”
Los Romanos, en su furia, no quisieron permitir que
los cuerpos Judíos fuesen enterrados; querían que se quedaran a la intemperie
para podrirse. De acuerdo a la tradición, los cuerpos yacieron a la intemperie
por meses pero no se pudrieron. Hoy día, cuando damos las gracias después de
las comidas, Birkat HaMazon,
agregamos una bendición especial (ha tov
u’mativ) como una manera de agradecer a Dios por este acto de misericordia
en Betar.
Exhaustos, los Romanos ya tenían suficiente de los
Judíos quienes habían causado más pérdidas materiales y de recurso humano que
cualquier otro pueblo en la historia del Imperio. Al final de la revuelta de
Bar Kojba, Adriano decidió que la manera de no tener otra rebelión era cortar
la conexión de los Judíos de su amada tierra y...
Después de la batalla de Betar, hubo unas cuantas
escaramuzas en las Cuevas del Desierto de Judea, pero esencialmente la guerra
se había terminado y la independencia de Judea se había perdido. Los Romanos
araron Jerusalem con una yunta de bueyes. Los Judíos fueron vendidos como
esclavos y muchos de ellos fueron transportados a Egipto. Los asentamientos
Judíos no fueron reconstruidos. Jerusalén se convirtió en una ciudad pagana
llamada Aelia Capitolina y a los Judíos se les prohibió vivir ahí. Solamente se
les permitió entrar en el 9 de Av para enlutarse por las pérdidas en la
revuelta. Adriano cambió el nombre del país de Judea a Siria “Palestina” en honor a los Filisteos, un
pueblo extinto que una vez ocupó el área de la costa Mediterránea y que fueron
unos de los más amargos enemigos de los Judíos descritos en la Biblia. Este
nombre sobrevivió en los escritos Cristianos, para ser resucitado en 1917,
después de la Primera Guerra Mundial, cuando los Británicos tomaron el Medio
Oriente, habiendo conquistado el Imperio Otomano. Ellos dieron nombre a las
tierras del este y el oeste del Río Jordán - incluyendo el país de Jordania el
cual fue creado por los británicos en 1923— el Mandato Palestino. Es a partir
de este momento que los árabes que viven en esta área reciben el nombre de “Palestinos.”
POR
QUÉ PERDIERON LOS JUDÍOS?
Aparentemente los Judíos estuvieron muy cerca de ganar
la guerra. De hecho, por un momento ganaron. ¿Por qué al final perdieron? Los
sabios dicen que perdieron porque eran demasiado arrogantes. Habiendo saboreado
la victoria ellos adoptaron la actitud de “es por mi fuerza y mi valor que
logré esto.” (Deut. 8:17)
Bar Kojba también se volvió arrogante. Se volvió
corrupto por su poder e incluso golpeó a su tío, el gran Rabíno Elazar HaModai,
hasta matarlo, habiendo aceptado falsas acusaciones de un Samaritano que decía
que él era un espía Romano (El Talmud Babli Taanit 4a)
Los seguidores de Bar Kojba comenzaron a pelear entre
ellos mismos. Muchas de las cartas de Bar Kojba llevan un tono brusco y algunas
veces contienen amenazas contra el receptor a menos que las órdenes sean
seguidas. En una de sus cartas al campamento de Ein Gedi, Bar Kojba se refiere
a una carga de bote de suministros que
llegó a las costas del Mar Muerto pero que no les reenviaron. Las líneas que
comienzan la carta dicen: “De Shimeon Bar Kosiba a los hombres de Ein Gedi a
Marsabala y a Yehonatan bar-Beaya, paz.
Cómodamente ustedes se sientan, comen y beben de la propiedad de la casa de
Israel y no les preocupa nada sus hermanos…” Los grupos estaban más y más
divididos entre sí. Debido a esta fallas, él comenzó a perder batallas y fue
forzado a retirarse y a peleas de guerrilla. Quizás este es el irrespeto al
cual el Talmud se refiere respecto de los estudiantes de Rabí Akiva.
En el Judaísmo se nos enseña que mientras que las
personas debemos hacer un esfuerzo, es Dios quien gana las guerras. No es la
fuerza humana o el poder humano el que lo hace. Para poder retener el favor de
Dios, los Judíos deben permanecer unidos, en lugar de estar peleando entre
ellos.
En los años subsiguientes a la revuelta, Adriano
discriminó todas las sectas Judeo-Cristianas, pero la peor persecución fue en
contra de los Judíos religiosos. Él hizo decretos anti-religiosos prohibiendo
el estudio de la Torá, la
observancia de Shabbat, la circuncisión, las
cortes Judías, reuniones en sinagogas y otras prácticas rituales. Muchos Judíos
se asimilaron y muchos sabios y hombres prominentes fueron martirizados
incluyendo a Rabí Akiva y el
resto de los Asara Harugei Malchut (diez
mártires). Esta era de persecución duró hasta lo último del reinado Adriano.
Halacha
y las Leyes de Mashiach:
Pero más allá de esta parte importante de la historia
Judía, Bar Kojba se introdujo la halacha
(Ley Judía) para siempre; El Rambam Maimónides legisla (Hilchot Melachim Leyes
de los Reyes 11:2) que Bar Kojba personifica las características exactas del
Mashiach legítimo – él debe ser fiel a la Torá, debe enseñar la Ley Oral y
Escrita y fortalecer su observancia, y a pesar que no ha llevado a cabo ningún
milagro, debe cumplir la liberación política de los Judíos de la opresión. Por
lo tanto, cuando Bar Kojba falló, el título de Mashiach le fue quitado.
Al final de esta ley, el Rambam escribe una adición
inusual: “Los estatutos y reglas de la Torá son eternos y para siempre. No se
le debe agregar ni quitar.” Yo veo en estas palabras una pista acerca de las otras
religiones, como el Cristianismo, el cual atribuye el Mesianismo a un hombre que no pasó ninguna de estas
pruebas enumeradas en la halacha! Aquél a quien ellos glorifican no es un
experto en Torá – de hecho, él causó que sus seguidores abandonaran la Torá – y
no hizo mella en la opresión política ejercida por Roma. Tal como lo enfatiza
el Rambam, en lugar de traer paz y tranquilidad a su pueblo, tal cual lo debía
de hacer el Mashiach, no les trajo otra cosa más que sufrimiento hasta la
muerte.
A pesar del final trágico de la revuelta de Bar Kojba,
celebramos Lag LaOmer gozosamente encendiendo fogatas y jugando con los arcos y
las flechas. Hay una razón para creer que se deben encender fogatas en Lag
LaOmer, en realidad son un memorial de las señales de fuego de las tropas de
Bar Kojba que sacaron a los Romano de nuestra tierra por dos años. Los
Romanos prohibieron encender fuego antes de las festividades Judías ya que era
una costumbre en aquellos días anunciar la fiesta venidera con una fogata. Las
tropas de Bar Kojba utilizaban estos fuegos como un símbolo de retorno a las
prácticas Judías de cara a las prohibiciones Romanas.
Hoy día debido al crecimiento del movimiento Kabalista
y específicamente los movimientos Jasídicos, se ven fogatas en forma de una
candela en la noche como memoria a Rabí Shimon Bar Yochai quien se afirmó ser
el escritor del Zohar, primeramente presentado en el Siglo 13 en España por Rabí
Moisés DeLeón. Aún si esta es la razón por la fogata, debería quedar claro para
nosotros que esto también está relacionado con el Rabí Akiva porque Shimon Bar
Yochai fue uno de sus estudiantes que tuvo que huir a las cuevas para continuar
su estudio de Torá bajo pena Romana de muerte.
A través de Bar Kojba, Rabí Akiva creó una definición
duradera de los calificativos del auténtico Mashiach – el cual nos inculca la
clara esperanza de que el Mashiach auténtico vendrá pronto, y nos traerá la
liberación final de toda persecución y sufrimiento. ¿Puede haber algún motivo
más grande para tener una celebración gozosa? Nadie puede ser el mashiaj si no termina
los ataques contra el pueblo judío.
La
Revuelta de Bar Kojba y la separación entre el Judaísmo y Cristianismo:
La Revuelta de Bar Kojba hizo mucho, para resaltar la
separación emergente de los Cristianos de la Comunidad Judía. Es cierto que
entre los factores que contribuyen a ambos apoyos, el popular y el rabínico
disfrutados por Bar Kojba estaba la opinión de algunos que vieron en Bar Kojba
una figura mesiánica. De hecho, algunos de los líderes de la revuelta temprana
en contra de Roma (123 E.C.) fueron también vistos bajo la misma luz. Por esta
razón, los Cristianos Judíos no apoyaban a Bar Kojba y se rehusaban a
participar de la rebelión. Después de todo, Jesús era su salvador, así que no
podían pelear de parte de otro Mesías. Más aún, ellos tomaron la posición
expresada luego por los padres de la iglesia de que la destrucción de Jerusalén
y Judea en la Gran Revuelta del 123 E.C. ocurrió como castigo al rechazo de los
Judíos al mesianismo de Jesús. De acuerdo con relatos tardíos preservados en
los padres de la iglesia, la negativa de apoyar su revuelta incluso pudo haber
guiado a Bar Kojba a atacar a los Judíos Cristianos. Subsecuentemente, la
dislocación general traída por la guerra y otros factores–algunos de los cuales
aún no están claros–guiaron a una gran disminución en el número de Cristianos
Judíos en Palestina, y esto sucede en un tiempo en el que el número de
Cristianos Gentiles en el mundo Romano e incluso en la misma Palestina estaba
incrementándose de manera rápida.
Los Romans ayudaron a traer el rompimiento final entre
el Judaísmo y el Cristianismo. Cuando la
ciudad de Jerusalem se convirtió en Aelia Capitolina después de la guerra de
Bar Kojba, a los judíos, incluyendo Cristianos Judíos, se les prohibió entrar a
la ciudad. De ahí que, la Iglesia de Jerusalem fue forzada a ser esencialmente
una iglesia Gentil, guiada por un Obispo Gentil. La prohibición Romana de la
circuncisión, promulgada y reforzada inmediatamente después de la guerra, debe haber desmotivado a la conversión al
Cristianismo Judío aún más. Y los Cristianos se ajustaron a estos disminuyendo
la importancia de la circuncisión entre su secta. Los Cristianos Judíos,
entonces, se disiparon en pequeños
grupos sectarios, la mayoría sobreviviendo en Transjordania y Siria, de manera
que después de la guerra de Bar Kojba, el Cristianismo, aún en la Tierra de
Israel, ya no era Judío sino Gentil. Los Rabinos dejaron de lidiar con Judíos
que se habían descarriado pero que todavía cumplían con los requerimientos
halájicos de la identidad Judía. Ahora confrontaban a los Gentiles quienes se
habían convertido a una religión que rechazaba la circuncisión, la ley Judía de
la conversión, y los requerimientos para una vida bajo la halajáh - la ley.
Solamente en esta forma el Cristianismo se convirtió en una religión aparte.
Fue entonces que los Rabínos lidiaron con los cristianos como miembros de una
comunidad religiosa hostil y diferente.
Los reportes de los padres de la iglesia relacionados
a lo que normalmente es llamado sectas Cristiano Judías en el período de Bar Kojba
indican que estos “Judíos Cristianos” dejaron o fueron sacados del
Cristianismo. Desde nuestro punto de vista, sin embargo, debemos conocer la
ambivalencia entre las fuentes Rabínicas y el estatus Judío real de estas
personas. Pareciera bastante que la mayoría de estos grupos sectarios estaban
en realidad judaizando a los Cristianos quienes trataban de observar la ley como
Judíos sin serlo o sin ser sus descendientes Judíos desde la perspectiva de la
Halajáh. Las acusaciones por parte de los padres de la iglesia para el efecto
de que estas personas eran Judíos debe ser contrastada con aquellos que afirman
que no eran ni Judíos ni Cristianos. Los padres de la iglesia, en su fervor de
arrancar la circuncisión y la Ley que lo requería, desencadenaban la acusación del
judaísmo en contra de estos Judaizantes. Aun así, como ellos aseguran, algunos
de estos sectarios eran descendientes de algunos de los miembros originales de
la iglesia Cristiana Judía de Jerusalén, aquellos que se unieron a ellos no
habrían ello así, de acuerdo con las leyes Rabínicas del proselitismo, y su
aceptación de la Torá ciertamente no hubiera calificado de acuerdo a los
preceptos rabínicos. Estos grupos persistieron en el período Amoraico. Además
con la llegada del Islam ya eran un recuerdo histórico de los que pudo haber
sido la Iglesia Cristiana que tuvieron los Cristianos Judíos de Jerusalem ante
la necesidad Paulina de liberarse de la Ley.
En retrospectiva, las halakhot que hemos estudiado
fueron las que mantuvieron la identidad del Pueblo Judío. Si los Rabínos
hubiesen bajado estos parámetros, aceptando tanto a los semi-proselytes como a
los Cristianos Gentiles primarios en el Pueblo de Israel, los Cristianos
rápidamente se hubieran convertido en mayoría entre la expandida comunidad de
“Israel.” El Judaísmo como lo conocemos hubiera dejado de existir aún antes de alcanzar
su codificación de la Mishnah y otras grandes compilaciones de la tradición
Tannaitica. El Cristianismo hubiese sido el único legatario de las tradiciones
de antigüedad Bíblica, y la observancia de los mandamientos de la Torá hubiesen
desaparecido en cuestión de unos siglos. En resumidas cuentas, fue la halakhah
y su definición de lo que es la identidad Judía lo que salvó al pueblo Judío y
su herencia de la extinción como un resultado de la nueva y emergente ideología
Cristiana.
A medida que la Iglesia Cristiana se convirtió más y
más en Gentil, la diferencia entre aquellos Judíos que creían en Bar Kojba como
Mashiach y los seguidores de Jesús como Mashiach se volvió más y más rigurosa
porque los seguidores de Jesús realmente creían en un dios encarnado que servía
como intermediario entre Dios y el hombre. La partición final de los caminos
entre el Judaísmo y el Cristianismo se llevó a cabo cuando los adherentes al
Cristianismo ya no eran conforme a las definiciones halájicas de un Judío. a
medida que estos Cristianos Gentiles, nunca se convirtieron al Judaísmo a
través de los requerimientos legales que hemos discutido, se fueron
convirtiendo en la rama dominante en las comunidades Cristianas a las cuales
los Rabínos confrontaron, aún en Palestina, los Rabínos dejaron de mirar a los
Cristianos como un grupo de Judíos con opiniones heréticas y al Cristianismo
como una secta Judía. Más bien, los Rabínos comenzaron a tratar a los
Cristianos como miembros de una comunidad religiosa separada, y a sus
enseñanzas como una perversión de la tradición bíblica. De ahí en adelante, los
Cristianos y los Judíos comenzaron una larga historia de conflicto
interreligioso que jugó un papel trágico en la historia medieval y moderna.
[1] Una nota respecto del término “Lag
LaOmer” tal cual es utilizado en este escrito: Es el día 33 del Omer, y por lo
tanto la palabra “Lag: es usada para igualarla a 33 compuesto de las letras
lamed que equivale a 30 y gimel que equivale a 3. En la tradición Sefardí
usamos el término LAomer
porque es gramaticalmente correcto decir “Del Omer (la)” en lugar de decir “en
el Omer (ba)” como lo hacen algunas otras prácticas. El Shulchan Aruch Código
de Leyes Judío se refiere a este día como el “Lag LaOmer” en Orach Chaim 493:2
y también en 489:1. Por esta razón es que utilizamos el término que utilizamos
en este escrito, pero viene a ser lo mismo que Lag BaOmer
[2] E.C. se refiere a la Era Común,
un término utilizado en los estudios Judíos denota que es una referencia a los
años cristianizados como A.D. Anno Domini - año del Dominio, una
referencia al Cristianismo. Usamos este término para referirnos al año como
normalmente se utiliza sin adscribirle ningún valor religioso. * AEC es
utilizado también para referirse a Antes de la Era Común en lugar de decir A.C.
antes de Cristo.
[3] De acuerdo con la tradición talmúdica
los Samaritanos en realidad son los Cuteanos que fueron traídos y puestos en
Samaria por Sargon II al principio del cautiverio Babilonio después de la
conquista de los Asirios del reino de Israel.
Ellos crearon su propia versión de la Toráh y dicen ser los Hebreos originales
y que aseguran que el Templo debería de ubicarse en el monte de Gerizim.
[4]
Redención de Israel o liberación de
Jerusalem. Muchas de las monedas tienen palmas acuñadas ya que en la tradición
cuando uno era victorioso en las Cortes Judías las cuales se reunían bajo las
palmeras uno era premiado con la corona
de las palmas – el lulav. Algunas monedas muestran trompetas, la lira y otros
instrumentos utilizados por los Levitas en el Templo.