Divrei Emmanuel Parashat Vaierá
Síntesis Parashat Vaierá: Dios visita a Abraham Avinu tres días después de su circuncisión.
Cuando, tomando forma de hombres, tres ángeles llegaron a su tienda, Abraham se apresura a atenderlos con gran hospitalidad,
a pesar que es al tercer día cuando la circuncisión causa más dolor. Sarah se
ríe cuando oye que va a dar a luz un hijo varón. Dios le ordena que Abraham
tome a su hijo y que se lo ofrezca como sacrificio. Abraham obedece a pesar de
que haciéndolo pierde la oportunidad de formar una gran nación y sobre todo que
a pesar de que Abraham está pesar continuamente
predicando en contra del sacrificio humano. Cuando Abraham está de sacrificar a
su hijo, Dios manda un ángel para que lo detenga.
Palabras de Torá en honor a Parashat Vaierá
En la Parashá de esta semana Abraham es visitado por
tres ángeles después de haberse circuncidado. De acuerdo a la tradición oral,
era el tercer día de convalecencia después de la circuncisión (el más difícil) y
Hashem había preparado un día muy caluroso para que nadie saliera de su casa
para no molestarlo en ese día tan difícil. Pero a Abraham le gustaba tanto
hacer la mitzvá de Hajnasat Orjim -Recibir Invitados- que se sentó a la puerta
de su casa buscando a alguien para invitar y atender. Hashem se compadeció de
él y mandó tres ángeles en forma de hombres para visitarlo. Esto, de acuerdo con
el Talmud es el primer instante de la mitzvah de Bikur Jolim -Visitar a los
Enfermos-. Al verlos, Abraham se puso muy contento y salió corriendo a
recibirlos para rogarles que vinieran a su casa a descansar y comer. Él mismo
los lleva a la entrada de la casa y los pone a descansar bajo las palmeras
mientras les lava los pies. Le pide a Sarah su esposa que les prepare panes de
las harinas más finas mientras él les prepara las carnes y más finas cremas
junto con su hijo Ishmael. Cuando los ángeles se habían saciado le revelan su
verdadera identidad al patriarca y le profetizan acerca de la destrucción de
Sodoma y del nacimiento de Isaac. Dos de los ángeles prosiguen su rumbo hacia
Sodoma a destruir esa ciudad malvada.
Allí en Sodoma ocurre algo similar. Lot, el sobrino
de Abraham, se había establecido allí. Él los recibe en las puertas de la
ciudad y les ruega que pasen la noche en su casa. Al principio los ángeles se
rehúsan a pasar la noche pero Lot les ruega y los conduce rápidamente para su
casa pues era ilegal recibir huéspedes en la ciudad de Sodoma. Lot estaba
arriesgando su vida al recibirlos. Cuando llegan a su casa, Lot, (sólo) les
prepara los alimentos y hay muy poca conversación entre ellos hasta que llegan
los hombres de la ciudad a demandar a los huéspedes. Lot había albergado a
éstos arriesgándose y sale a enfrentarse con los hombres de la ciudad para
protegerlos.
Al hacer esto Lot, demuestra las mismas características que su tío
Abrahám de quien él había aprendido los valores de Hajnasat Orjim; pero esta
historia contiene algunas importantes diferencias:
El gran maestro Rabí Sansón Rafael Hirsch (Alemania
1808-1888) explica que la Torá pone estas dos historias juntas para comparar
las dos casas y las actitudes que existían en cada una de ellas. En la casa de
Abraham la familia entera se involucró en recibir a los huéspedes. La casa
estaba llena de alegría y conversación mientras ellos cumplían la mitzvá de
recibirlos. En la casa de Lot él es el único involucrado en la mitzvá. Hay poca
conversación y uno se queda con la impresión que él estaba haciendo la mitzvá
por compromiso con los valores que había aprendido de su tío. Pero este acto no
era una expresión de alegría y el no había tenido éxito en involucrar a su
familia en este estilo de vida.
Rabí Hirsch explica que Lot no pudo pasar estos
valores a sus hijos por su manera de observarlos. La casa de Abrahám estaba
llena de alegría al hacer los mitzvot – en la casa de Lot se cumplían los
mismos mitzvot pero no se hacían con alegría. Como él no sentía alegre haciendo
los mitzvot no sentía que podría pedirles a sus hijos que también participaran
en estas actividades tan aburridas para ellos. ¡Pero Abrahám sí pudo involucrar
a sus hijos y pasarlo a la próxima generación porque su conexión con los
mitzvot era con alegría! Si los padres involucran a sus hijos en una vida judía
llena de alegría e incluyen los mitzvot como parte de la vida diaria adonde
toda la familia participa no es difícil inculcarles el mensaje de la Torá. Si
el judaísmo es presentado solamente como una tarea o con mala gana y pesimismo
el judaísmo se vuelve algo forzado y negativo y nadie lo quiere vivir. El
judaísmo de Abraham es el judaísmo que deberíamos de vivir para disfrutarlo juntos
con nuestras familias y de esa manera pasarlo a nuestros hijos y nietos.