Divrei Emmanuel Parashat Behaalotejtá

Síntesis Parasht Behaalojtá: Se le enseña el método a Aarón de encendido de la menorá. Un año después del Éxodo de Egipto, Hashem le ordena a Moshé todo lo relativo al Korbán Pésaj. Las nubes milagrosas que flotan cerca del Mishkán de señal de cuándo viajar y de cuándo acampar. Se especifica el orden en el que marchan las tribus. Moshé objeta que no puede gobernar él no puede gobernar el solo a toda la nación. Dios le dice que seleccione 70 ancianos, el primer Sanhedrin para que lo ayude.
 


El poder de la oración

"Y le dijeron a Moisès:  Nosotros estamos impuros a causa de un cadáver;  ¿Por qué  hemos de ser excluidos de modo que no presentemos la ofrenda del  Eterno, en su tiempo señalado, entre los demás hijos de Israel?
Moisés respondió: Esperad que yo oiga lo que ordene el Eterno acerca de vosotros.". (Números 9: 7-8)

Rashi comenta - "Qué bendecido es un hombre mortal que puede sentirse seguro de poder conversar directamente a Dios y recibir una respuesta inmediata de Él." Rashi explica que Moisés se acercó a Dios mediante la oración y recibió una respuesta inmediata.
Este versículo abre el tema de la oración. Muchas preguntas surgen de ella: En primer lugar - ¿no fue Moisés "el más humilde de todos los hombres en la tierra?" (de acuerdo a la Torá Números 12:3). ¿Cómo podría ser tan presuntuoso de que iba a esperar una respuesta instantánea a su oración? La respuesta, por supuesto, es que a pesar de que Moisés fue humilde ¡no era un tonto! Él sabía que él era un profeta importante y que Dios le habló de "cara a cara" - el más alto nivel de la profecía, él simplemente nunca se permitió pensar que era mejor que otros a causa de esto.
 Moisés era humilde pero no sufría de humildad falsa y percibía sol rol en el mundo como el mensajero y líder del pueblo judío. Él sabía que era importante para Dios y por lo tanto Dios le contestaría.
La gente en los tiempos modernos a menudo se pierde en la humildad falsa y con eso pierden el valor de su presencia en el mundo. Algunos dicen "soy demasiado insignificante para que Dios se involucre conmigo" o "este mundo es tan grande y hay tanta gente ¿por qué Dios escucharía mi oración y reacciona a ella?" ¿Tal vez la oración de Moisés fue respondida porque era tan importante – y no es así con la nuestra?
Pero esta porción de la Torá nos demuestra totalmente lo opuesto a lo anterior; Según nuestros sabios, la respuesta a estas preguntas es que Dios siempre escucha nuestras oraciones. No siempre concede nuestras peticiones, pero él escucha nuestras oraciones y las contesta de inmediato.
 El Ramban (Najmánides) escribió una carta a sus hijos con respecto a los buenos rasgos de carácter interpersonal. Se le conoce como el "Igueret Haramban." En ella él le menciona a sus hijos que deberían leer esta carta todos los días para alentarse y recordarse del buen comportamiento y él les dice que si oran justo después de leerla que aseguradamente sus oraciones serán contestadas.
Ahora surge otra pregunta. He conocido a personas que han leído esta carta y lo siguen con oraciones y esas no se han hecho realidad. ¿Cómo podría decir algo así el Ramban?
La respuesta aquí es darse cuenta, una vez más, de la diferencia entre una oración y un deseo. Los deseos son deseos de cosas que anhelamos. Oraciones incluyen ofrendas de gratitud y solicitudes de las cosas que percibimos que necesitamos. Moisés, el humilde servidor de Dios, percibió que necesitaba muy poco. Pero tan pronto como le pidió a Dios por las necesidades de los demás su oración fue contestada, el mismo fue transformado por su sinceridad y motivación en la oración. Quizás el Ramban quería decir que si sus hijos fueron transformados por su carta, al pedirle a Dios que los ayude a tener éxito, a modificar sus comportamientos interpersonales, que su deseo se haría realidad.
 La oración tiene que transformar a una persona por medio del encuentro con Hashem. Esa transformación crea la realidad del cumplimiento de la oración.

Todo esto se puede resumir en unas pocas leyes de la oración exitosa:

·      ·      La oración tiene que ser sincera y auténtica, no memorística y vacía.
·       La oración tiene que representar  el deseo del alma no sólo un deseo trivial.
·       La oración es más poderosa cuando incluye a los demás, así como para nosotros mismos.
·       La oración se debe hacer a menudo - preferentemente durante todo el día.
·      La oración no requiere una sinagoga o Sidur o habilidad en el  idioma hebreo simplemente una conversación con Dios - hablado desde el corazón. De cara a cara como nuestro maestro Moisés lo hacía.
·      Si confías y tienes fe absoluta que Dios siendo el todo poderoso es el único que verdaderamente lo puede cumplir y que cumple las oraciones la oración será más poderosa.
·      Busque un lugar apropiado para la oración. Las sinagogas son para inspirar oración y congregación pero los bosques, mares y parques también pueden hacerlo.
·      Tenga en cuenta que la respuesta no siempre es "Sí." Debemos estar abiertos a escuchar y recibir la respuesta de Dios a nuestra oración, incluso si no es la respuesta exacta que esperábamos. La oración es una conversación con Hashem, es un dialogo y el responde si estamos dispuestos a escuchar.
·      Los padres, maestros, líderes y ancianos - tienen una mayor capacidad para orar con éxito para sus cargos. Por favor háganlo. Compartan su fe en la oración con los jóvenes. Avísenle que están orando por ellos. Es una de las formas más lindas de decir ‘te amo.”
·      Busque momentos importantes, como los eventos del ciclo de vida para la oración. Nunca se le olvide dar gracias o pedir ayuda en esos momentos significativos de la vida.


Por el Rabino Rigoberto Emmanuel Viñas
Fundador y Director del
Centro de Estudios Judíos Torat Emet


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